Podría estar horas y horas viendo los textos que escribí hace casi ya una década. Repasando faltas de ortografía, las cuales no son pocas y rememorando sentimientos encontrados hacia chicos que probablemente se encontraban en mí imaginación. Cada vez que leo uno de esos pequeños relatos no puedo dejar de lado el sentimiento de soledad que sentía y que por suerte a día de hoy lo he superado, además de verme a mí frente al ordenador evadiendome del desastre natural que tenía fuera de él.
Esto comenzó como un pequeño diario de una adolescente y pasó a ser una especie de proyecto/blog de libros. Me siento orgullosa porque a pesar de que no conseguí grandes logros puede tocar fondo, reafirmarme y volar.
Gracias a todos lo que estuvisteis (si es que alguien esta leyendo esto jeje).
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