sábado, 13 de febrero de 2016
Mis cuatro paredes.
Horas, minutos, segundos. Segundos que parecen horas y horas que parecen minutos. Levanto la mirada de mi almohada, y despierto rápidamente, vuelvo a caer en la cuenta de que estoy entre estas cuatro paredes. Oigo botas caminar tras la puerta que me impide salir.
Dicen que hace frío, dicen que hace calor. No lo se. Lo único que se que el sol sale cuando amanece y se va cuando anochece. Hace tiempo que no veo una estrella. Hace tiempo que no toco la hierba. Aquí solo hay asfalto y gravilla, que cuando le da el sol, se calienta y no hay nadie que pueda aguantar.
Mis cuatro paredes, grises, pequeñas y vacías. Para que decorarlas, hoy estoy aquí y quien sabe si mañana estaré en la otra punta del país.
Recorro mi espacio, en tres pasos, en la espera de que me saquen de aquí. No oigo puertas, no es mi turno.
Pego dos golpes al suelo con mi pierna. Me empiezo a poner nerviosa. Llevo mas de diez horas aquí encerrada. Quiero salir. Aun queda.Por suerte hoy tengo visita. Es lo único que me anima a seguir a delante, a no deprimirme y aceptar mi realidad.
Oigo pasos, puertas abriendo y cerrándose. Es mi turno, hoy volveré a ver a familiares y amigos que no los había visto desde hace 10 años.
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Wooooow...increíble post...describiste con palabras, como a veces me he sentido...un abrazo y no dejes de escribir!
ResponderEliminarMil gracias por comentar. Un saludo.
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